Los Colomos en la encrucijada de la supervivencia / II Parte.
Desde principios del siglo XIX, en que la ciudad de Guadalajara contaba con 46 mil 804 habitantes, se abastecía de 13 fuentes públicas, a las cuales llegaron aguas desde distintos lugares del Valle de Atemajac. Ya se había detectado el enorme potencial hidrológico proveniente de varios ríos de Zapopan, precisamente del poniente de Guadalajara.
Manuel López Cotilla (1800-1861), en sus Noticias geográficas y estadísticas, registra que en 1831 el señor Samuel L. Trant verificó la nivelación del manantial de Los Colomos y formó un plano de acueducto, donde mostraría la dificultad de subir el agua a la parte occidental de la ciudad. Conocedor de las bondades hidrológicas de la región, el benemérito educador López Cotilla escribió: “…No podrá dudar ninguno que conozca las inmediaciones de Guadalajara y que haya observado la multitud de manantiales que en todas direcciones la circundan.”
Para 1885 se sobreexplotan los manantiales de Agua Azul, a través de la instalación de tubería de fierro, con la cual se ubicaron en la ciudad 55 hidrantes y las 32 tradicionales fuentes públicas de abastecimiento anuncian su proceso de desaparición, cuando el gobierno del estado amplía la red a 570 hidrantes y 236 tomas para incendios.
En el año de 1893, el ingeniero Gabriel Castaños propone aumentar las aguas de El Colli construyendo nuevas galerías hasta de 12 metros de profundidad y en septiembre de 1896 se lograron buenos resultados con 52 litros por segundo en el “Caracol Buzeta” y 40 litros por segundo en el Depósito de Arenas. En 1899 el ingeniero Agustín Pascal lleva a cabo varias obras aprovechando arroyos y manantiales al sur de Zapopan, en la zona de Los Colomos, captando aguas de El Profundo y el arroyo de La Campana.
Fue hasta el 13 de febrero de 1901 en que se inició el suministro de los manantiales de Los Colomos, dejando de escasear el agua en Guadalajara, gracias a las gestiones del gobernador Luis del Carmen Curiel (1846-1930), quien obtuvo un empréstito en Chicago con Geo S. Cook por una cantidad total de 2 millones 300 mil pesos en oro, con lo que, entre otras obras sociales, se construyeron instalaciones con equipos de bombeo para impulsar el agua a 42 metros de altura, abasteciendo así con 232 litros por segundo a la población tapatía, que ya contaba con poco más de 100 mil habitantes en 985 hectáreas urbanizadas. Se resolvió plenamente el problema de abasto, mejorando las condiciones de vida de los tapatíos.
El visionario gobernador Curiel, atribuyendo vital importancia a Los Colomos, adquiere de particulares por compraventa varios terrenos, hasta lograr comprar una cantidad aproximada de 248 hectáreas para proteger los manantiales y así asegurar a Guadalajara el abastecimiento de agua para la posteridad.
Con esta iniciativa se construyeron enormes estanques receptores y todo un sistema de redes subterráneas conduciendo el agua de los manantiales: La Campana, Culebra, Chochocate, Barrenos, y aguas abajo de la cuenca, a la altura de la fábrica textil de Atemajac el emblemático manantial de Colomitos. Otra atinada iniciativa fue inducir a la formación de un bosque, a la vez de embellecer el lugar con jardinería, dando realce a la planta de hojas verdes erguidas que le da el nombre al lugar (familia Araceae xantosoma robustum “Colomo” “Mafafa”), lo que hizo posible un atractivo espacio que hoy en día representa una masa forestal con más de 30 mil árboles de diferentes especies.
Décadas después se inician invasiones y un proceso acelerado de cambio en el uso de suelo: especulación, corrupción y complicidad de diversas autoridades propiciaron, entre otros problemas, la disminución original de la propiedad pública.
Situación actual
Aún con toda la agresión y presión urbana, el bosque Colomos I y II, así como 81 hectáreas que parecen “tierra de nadie” (Arroyo de la Campana, entre otros predios), el acuífero sigue siendo generoso. El lugar se caracteriza por su capacidad de infiltración, dado que se encuentra bajo una capa geológica abundante de toba o pómez y donde se han desarrollado redes de galerías filtrantes de hasta seis kilómetros para alimentar dos tanques de 5 mil 460 metros cúbicos. Todo ello permite alrededor de 400 litros por segundo, distribuyéndose en una amplia extensión de 17 colonias para dotar de agua a más de 45 mil 861 habitantes, entre éstas están: Santa Teresita, Ladrón de Guevara, Mezquitán Country, Chapultepec Country, Lomas del Country, Country Club, Prados Providencia, Providencia 1, 2 y 3, Italia Providencia y Villaseñor (SIAPA 2006). Se debe reconocer incluso que no se aprovecha agua que se vierte constantemente al río Atemajac, por avenida Patria, donde corren 130 litros/s, es decir, 11 mil 228 m3 al día; este líquido, de usarse con ecotécnicas, alcanzaría a 74 mil 855 habitantes con un uso de 150 litros al día (Acosta 2007).
No obstante las bondades mostradas para ofrecer abastecimiento de agua y demás beneficios ambientales, el área hidrológica de Los Colomos presenta, entre otros aspectos, la siguiente problemática:
• Persistencia de irregularidades por posesión indebida de terrenos, que pone en duda la autenticidad de la propiedad en manos de particulares que se ostentan como dueños. Este fenómeno de invasión acumula aproximadamente 116 hectáreas del patrimonio público original.
• Cuestionable proceder de autoridades que en el pasado cometieron graves errores por acción, por omisión y descuido, junto al desinterés actual en verificar, delimitar y proteger la propiedad pública.
• Nulo resguardo y seguridad jurídica de lo que queda de terreno para uso sustentable en beneficio de la población, porción de 81 hectáreas donde pudiera surgir Colomos III en territorio de Zapopan, área que ha estado al acecho de invasores de terrenos y descuido de autoridad.
El cambio de uso de suelo potencialmente nocivo a los mantos freáticos y manantiales, al otorgar permisos de construcción para gigantescas obras, como nuevos fraccionamientos, plazas comerciales, edificios verticales de gran altura y pasos a desnivel, colapsando así toda la cuenca. Consecuencias de esta voracidad urbana es que llega a presentarse en su parte alta, en la trayectoria del arroyo La Culebra (Royal Country) con la precipitación pluvial, avenidas extraordinarias en superficies con pendientes mayores a 7 por ciento, esto ha significado frecuentes inundaciones que ponen en peligro a la población. Además, estudios geológicos por el Atlas de Riesgos (UdeG 1994) dejan al descubierto que en toda esta cuenca se registran las mayores amenazas de la ZMG por deslizamientos, hundimientos y sismicidad.
Por toda la problemática antes citada, se creó el Colectivo de Organizaciones por la Conservación de la Cuenca Hidrológica de Los Colomos, en mayo de 2004 integrado, con Ciudadanos por el Medio Ambiente, Red Ciudadana AC, Fomento y Conservación del Bosque Colomos AC y la Asociación de Colonos de Providencia Norte AC. Esta representación ciudadana solicitó por oficio el 31 de mayo de 2004 a la LVII Legislatura estatal:
• Que de acuerdo con la Ley Estatal de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, en sus artículos 44 fracción III que se refiere a las áreas estatales de protección hidrológica, 45 fracción IV que se refiere a las áreas municipales de protección hidrológica, 46, 49, 51, 53, 54, 55 y 56 fracciones I, II, III, IV y V, se declare Area Natural Protegida a la Cuenca Hidrológica de Los Colomos, comprendido entre otras porciones el predio de Arroyo de la Campana, Parques Colomos I y Colomos II, y otras extensiones de terreno que están diseminadas entre la zona urbanizada de las avenidas Acueducto y Patria, que forman parte de la mencionada cuenca.
• Que a través de una Comisión Especial Legislativa y en conjunto con la Secretaría de Desarrollo Urbano (Sedeur) y la Dirección de Patrimonio Inmobiliario del Estado de Jalisco, se investigue la situación jurídica que prevalece en el lugar, rescatando con precisión y definitivamente la magnitud territorial del patrimonio público, haciendo el correspondiente deslinde y colocación de mojoneras y que se finquen responsabilidades a invasores y reparación de daños patrimoniales ocasionados por acciones deliberadas de particulares y por complicidades cometidas de funcionarios públicos.
Con las gestiones ciudadanas se logró que el Congreso estatal solicitara al Ejecutivo de la entidad investigar por medio de sus dependencias correspondientes el polígono de la propiedad pública en el área de Los Colomos. Para el término del periodo de la LVII Legislatura local se informó extraoficialmente a este colectivo que la Secretaría General de Gobierno se negaba a informar con detalle los resultados de la investigación a los diputados. Posteriormente, con base en la Ley de Transparencia se consiguieron, por parte de una asociación civil del colectivo, 12 copias certificadas de títulos de propiedad: tres del año 1897, una de de 1898, dos de 1899, cuatro de 1900, una de 1901 y otra de 1902. Dichas escrituras públicas, que no registran desincorporación alguna, permitieron la certeza y sustento documental, con las cuales seguramente, y entre otros estudios pertinentes, la Sedeur consultó y elaboró el polígono definitivo del área de Los Colomos y, asimismo, trazó los planos oficiales (Láminas LP-01 Y LP-04 Junio-2005, Dirección General de Proyectos de Obras Públicas), cuya copia certificada está en poder de ciudadanos y algunos medios de comunicación, planos topográficos que amparan 198-60-70 hectáreas, y con los cuales se observan varias invasiones que documentó el periódico Mural (19 de enero del 2007), en cuya primera plana resalta fotografías satelitales y señala, con base en los polígonos oficialmente trazados, los fraccionamientos: Residencial Pontevedra, Real del Bosque, Zotogrande Residencial, Puerta de Hierro, La Reserva y Plaza Andares. En el mismo polígono se encuentra una iglesia y recientemente aparecen por la avenida Acueducto una escuela privada Greenlands y un predio enmallado con vigilancia privada (Proceso No.1640) y otros negocios más de nueva aparición, como una agencia de autos Mazda.
Así también, en la misma fecha que se solicitó la intervención del Congreso del Estado, se enviaron oficios a los ayuntamientos de Zapopan en la presidencia de Arturo Zamora Jiménez, y Guadalajara, en la presidencia de Emilio González Márquez, ya que estos municipios poseen comodatos de las propiedades desde 1983, por el gobierno del estado, y los manantiales como la propia subcuenca, se encuentran en ellos. Cabe aclarar que en Zapopan el comodato comprende sólo 41 hectáreas de las 81 que allí reconoce el estado, y en Guadalajara el documento expedido el 27 de abril del año citado carece de las firmas de Enrique Alvarez del Castillo y Eugenio Ruiz Orozco, gobernador y secretario general, respectivamente. A los presidentes municipales se les solicitó por oficio, con suficientes antecedentes y fundamentos, que acordaran con sus regidores gestionar ante el Congreso un decreto que declare Area Natural Protegida, entre otras cualidades, por su importancia hidrológica y de abastecimiento de agua a la ZMG.
Los oficios a las dependencias de gobierno antes citadas fueron dados a conocer en rueda de prensa para hacer públicas dichas demandas sociales. De tal suerte que sólo el Ayuntamiento de Guadalajara inició el proceso de documentación y estudios necesarios que llevó tiempo y esmero de investigadores universitarios y finalmente, en lo que corresponde a una parte de su territorio, logró finalmente proteger 90-72-00 hectáreas, decretado como ANP por el Congreso del Estado el 5 de junio de 2007, dejando fuera 26 hectáreas, supuestamente en proceso de litigio o plenamente construidas por invasores. Del Ayuntamiento de Zapopan, el 5 de julio de 2004 sólo se recibió un oficio, donde se daba a conocer el programa de reforestación “Un bosque más en Zapopan” en Arroyo de la Campana, lugar donde ambientalistas habían iniciado plantaciones desde el año 1998 y en 1999 el SEMS y la Rectoría General de la UdeG reforzaron la plantación con un programa denominado “Plantar para el Próximo Siglo”, lugar donde hasta el año 2002 estuvieron realizando mantenimiento forestal alumnos y maestros de 5 preparatorias metropolitanas y la regional de Tonalá.
Responsable de la publicación: J. Fernando Estrada Godínez
eg_fernando@hotmail.com
1 comentario:
Wow que interesante todo lo que se ha hecho!
Lastima de lo lento del proceso legal pero al menos ya se logró proteger gran parte del área en Guadalajara =D
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