Según un estudio elaborado por la Asociación Jalisciense de Apoyo a Grupos Indígenas (Ajagi) son 66 los centros de población y al menos 18 manantiales los que se encuentran en una zona de conflicto limítrofe entre Jalisco y Nayarit, lo que complica la reivindicación del territorio wixárika.
Los mapas elaborados por Ajagi muestran que en las comunidades de Santa Catarina (Tuapurie), San Sebastián (Waut+a) y San Andrés (TateiKie), que juntas tienen un territorio mayor que el del estado de Colima, han perdido más de 275 mil hectáreas, (200 por falta de reconocimiento oficial de la propiedad y más de 75 mil por invasiones). Hasta la fecha sólo se han recuperado 55 mil hectáreas.
En el caso de San Sebastián, que desde 1953 obtuvo el título de propiedad de 240 mil hectáreas, inició un conflicto con el municipio de La Yesca, en Nayarit, que reclama 70 mil 802 hectáreas de ese territorio comunal.
Según Ajagi este problema legal fue el que propició la invasión de ganaderos de Puente de Camotlán, en Nayarit.
“Con la invasión de tierras, el Ayuntamiento de La Yesca, Nayarit, e invasores ganaderos del ejido Puente de Camotlán, en ese mismo municipio, obtuvieron numerosas concesiones de los principales manantiales de la comunidad”, explica el documento.
Aunque entre 1998 y 2005 la mayoría de esas tierras lograron recuperarse a través de distintos procesos jurídicos y hoy pertenecen a Jalisco, aún está en pugna un predio de aproximadamente 800 hectáreas en el que los ganaderos invasores tienen infraestructura para mantener al ganado y cuyas aguas residuales llegan directamente al río Camotlán, principal afluente de la comunidad.
“Aunque la resolución presidencial, que ampara legalmente el territorio, titula ‘Tierras, Montes y Aguas’, se recuperó la tierra pero siguen vigentes las concesiones tanto en zonas recuperadas como invadidas y la contaminación por parte del ejido aumenta año con año”, indica el estudio de Ajagi.
La Asociación explica que aunque con la recuperación de estas tierras cambió la geografía del estado, el INEGI no ha modificado la cartografía oficial, lo que provoca una fuerte presión territorial sobre la comunidad de San Sebastián Teponahuaxtlán y los problemas cotidianos de sus habitantes cuando intentan resolver algún trámite ante las autoridades municipales o estatales.
Nota de Raul Torres de la Jornada Jalisco
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