miércoles, 24 de octubre de 2007

El Zapotillo, sin el consenso de comunidades que desaparecerán por la presa

A menos de tres meses de que oficialmente deberá iniciar la construcción de la presa El Zapotillo, pobladores de Temacapulín, Palmarejo y Acasico mantienen su oposición a ser indemnizados y reubicados porque sus comunidades quedarán sumergidas dentro del gran vaso que forme la cortina de 105 metros de altura proyectado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

El gerente regional de la cuenca Lerma-Chapala-Santiago, Rául Antonio Iglesias Benítez, reconoció que con los habitantes, en algunos casos, “apenas está el proceso de negociación”.
A media semana pasada, en la ciudad de México, el director de la Conagua, José Luis Luege Tamargo, y los gobernadores de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, y de Jalisco, Emilio González Márquez, signaron el acuerdo definitivo posterior al pacto de intención firmado en Casa Jalisco con los mismos actores un par de meses atrás. El anuncio: La presa El Zapotillo iniciaba su construcción en 2008; surtiría de agua a la ciudad de León con 5.6 metros cúbicos del vital líquido cada segundo; a Los Altos se destinarían 1.8 metros cúbicos y a Guadalajara los cuatro metros cúbicos por segundo adicionales, tras la petición concedida al gobierno jalisciense para que la presa creciera de 80 a 105 metros su cortina.

“Con dos poblaciones (Acasico y Palmarejo) ya lo negociamos mucho, lo platicamos mucho; de hecho, tenemos la propuesta de algunos a entrar a hacer algunos contratos para empezar a hacer los pagos correspondientes. Ahora con lo de Temacapulín, el primer acercamiento se acaba de dar a finales del mes pasado y apenas está el proceso de negociación”, dijo Iglesias Benítez en entrevista.


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nota de JUAN CARLOS G. PARTIDA

1 comentario:

Geo Juvenil Jalisco dijo...

Temacapulín, Palmarejo y Acasico están en las márgenes del río Verde, el mismo que aguas abajo confluye con el Santiago en la barranca de Huentitán. Se encuentran en Los Altos, y en los tres casos son poblaciones centenarias que datan de la época de la colonia. En Temaca, desde que hace casi tres años conocieron el proyecto, inició una resistencia unánime a pesar de que aparentemente no serían afectados con la inundación, lo cual cambió ahora que se decidió crecer la cortina de la presa de 80 a 105 metros para destinarla a Guadalajara.

“El proyecto de El Zapotillo lo teníamos originalmente con una altura de cortina de 80 metros, lo habíamos trabajado en las áreas que hubieran resultado afectadas, Acasico y Palmarejo, lo hemos platicado con ellos desde hace más de dos años, les presentamos el proyecto completo, maquetas del nuevo centro de población, la reubicación de ellos, una casa tipo inclusive de la que tendrían como beneficio (sic), la posibilidad de que en un momento dado si no quisieran ser reubicados, se les daría la indemnización correspondiente de acuerdo con valores comerciales, no catastrales; todo eso ya lo teníamos muy avanzado, muy platicado con estas dos poblaciones. La situación aquí es que por los ajustes en los proyectos, la elevación adicional de 25 metros para pasar a 105 metros, esto significa que estas mismas poblaciones siguen en este proceso y la única que se suma es Temacapulín, que en el proyecto original se protegería con muros de 10 metros, pero ahora, crecido 25 metros (la cortina), sería ilógico tener diques de 35 metros para evitar que se inunde”, asentó Iglesias.

–¿El nuevo proyecto hará entonces desaparecer también a Temacapulín?–, se le insistió.

–Las puras cortinas nos saldrían carísimas para poder proteger a Temacapulín, y como está (el pueblo) en una especie de pozo, no nada más habría que protegerlo donde estaban los diques originales, sino en la parte posterior, porque el río da como una especie de vuelta en forma de herradura y habría que poner diques adicionales, y los costos de esas verdaderas presas de 35 metros resultaba fuera de cualquier lógica hacerlo por incosteable.

–¿Cómo va entonces el proceso de negociación con los habitantes de los tres poblados?

–Ante esa situación, el gobierno del estado ya hizo algunos acercamientos con la población, vamos a seguir trabajando en este sentido para darles seguridad a todos los habitantes que a la hora de ser reubicados y del pago de indemnizaciones, tengan la seguridad de que se les darán los pagos a valores comerciales.

–¿Quién convence y quién pagaría las indemnizaciones?

–Hay una coordinación entre los dos gobiernos, tanto Guanajuato como Jalisco, y la Conagua; de hecho, nosotros estaríamos haciendo los pagos correspondientes.

–¿Eso implica que la Conagua va a hacerse cargo de la adquisición de los predios, el ofrecimiento de viviendas y el traslado “piedra por piedra” de la iglesia?

–Es una serie de pagos que hay que hacer de todo el proyecto en general. Ya hay una distribución de qué va a pagar cada quien, son diferentes porcentajes; te puedo decir que del pago del proyecto inicial corríamos con los gastos Guanajuato y la federación; desde luego los costos se separan proporcionalmente de acuerdo con el volumen de agua que va a utilizar cada quien ahora.

Los acueductos

El primero de septiembre de 2005, cuando se dio a conocer el proyecto original, Jalisco no pagaría un centavo al ser propietario del agua y sede de la presa destinada de origen a dotar de agua a León. Incluso tampoco pagaría el agua de la presa sacada del acueducto a su paso por varios municipios en Los Altos.

Iglesias afirmó que la solicitud de ampliación de la presa surgió del propio gobierno jalisciense, por lo que todos los costos adicionales deben ser financiados por el peticionario. Queda por supuesto, además, saber quién pagará y el costo de la construcción de los ramales del acueducto rumbo a los centros habitados en Los Altos.

–¿Los ramales corren por cuenta del gobierno estatal y, en su caso, de los ayuntamientos de Los Altos?

–Así es.